¿Ejercicios mal hechos en culturismo?
¿Existen ejercicios mal hechos en culturismo?
Biche – Antonio Pastor Beigveder
Es común observar la importancia que nos inculcan desde el principio de nuestra formación, como atletas o entrenadores por todas las instituciones, de la correcta ejecución de los ejercicios a nivel biomecánico. Son innumerables las correcciones en los gimnasios sobre el ángulo correcto de las articulaciones, el recorrido ideal en cada movimiento, las protecciones articulares para evitar sobrecargarlas. Pero… ¿qué hay de cierto en estas afirmaciones?
En primer lugar, el culturismo es un deporte que hereda la forma de entrenar de otras disciplinas deportivas como la halterofilia, el powerlifting o el entreno de pesas aplicado a otros deportes. Los fines de todos estos deportes son completamente diferentes a los que buscamos en culturismo donde trabajamos por un desarrollo de nuestra musculatura sin importar la cantidad de peso que movilizamos o lo que somos capaz de saltar, entonces… ¿por qué entrenar de la misma forma?
Observando a grandes atletas actuales y a lo largo de la historia, podemos ver muchos ejemplos de deportistas que no son nada estrictos con la ejecución del ejercicio, llegando a ángulos imposibles, tiempos de ejecución de todo tipo y recorridos incompletos que alcanzan unos desarrollos increíbles. Lo curioso es que estos atletas no se lesionan más que un culturista que sea muy estricto con la técnica.
Si estudiamos el comportamiento fisiológico de nuestros tejidos debemos irnos a la comprensión del síndrome general de adaptación (Hans Selye). Esta ley refleja que el tejido después de someterse a una carga, mediante descanso y alimentación adecuada, es capaz de mejorar su condición para poder afrontar resistencias mayores después de la fase de supercompensación. Sólo si nos sobrepasamos en la carga de entreno y llegamos a más desgaste del que tu cuerpo puede regenerar, entraríamos en una fase de no mejora o incluso de lesión. Esto quiere decir que para el continuo desarrollo tenemos que realizar una correcta APROXIMACIÓN A LA CARGA constante.
Y es esta la clave, si nuestro objetivo es el desarrollo de nuestros tejidos, puede que todo valga, sólo debemos de controlar la variable de la aproximación a la máxima intensidad.
Si nos aproximamos correctamente, nuestro tejido muscular no se lesionará, si nos aproximamos bien, el tejido conectivo de nuestras articulaciones se irá fortaleciendo para afrontar mayores cargas. Solo se trata de adecuar nuestro entreno para que sea lo suficientemente intenso como provocar un deterioro y forzar la mejora, sin llegar al desgaste excesivo que nos llevará a las lesiones.
Aunque nos cueste trabajo de asimilar, prácticamente todo vale si es lo suficientemente intenso. Si no quieres bajar en las sentadillas y cargarle mucho peso, pues hazlo, sabiendo que la implicación en cuanto número de músculos será menor, pero sin duda te provocará mejora si lo haces realmente duro. Si haces flexiones de bíceps en barra moviendo los hombros y tu espalda para mover más peso, hazlo, pero coordina el movimiento de tal forma que todos los músculos implicados se encuentren adaptados para hacerlo.
Aún así considero que este “desvinculo” de la técnica correcta debe aplicarse en atletas avanzados y empezar siempre asimilando la técnica de ejecución perfectamente.
Nos cerramos en la ejecución de la técnica excesivamente cuando la verdadera importancia reside en la INTENSIDAD que aplicas y CÓMO llegas a ella.